ACEITE

sábado, 12 de noviembre de 2011


A menos que se indique ungüentos u óleos cosméticos (Rt. 3.3; 2 S. 14.2; Sal. 104.5), u óleo de mirra (Est. 2.12), en las demás referencias bíblicas al aceite se entiende el producto que se extrae del fruto del *olivo. La abundancia de olivos (Olea europaea) en la antigua Palestina permitió un floreciente comercio con Tiro y Egipto. Salomón proveyó grandes cantidades de aceite a Hiram como parte de pago por la construcción del templo (1 R. 5.11; Ez. 27.17), mientras que Egipto importaba considerables cantidades de aceite palestino (cf.cf. confer (lat.), compárese Os. 12.1), debido a que el clima egp.egp. egipcio no permite un efectivo culto del olivo.

Como elemento importante de las ceremonias religiosas, el aceite ocupaba un lugar prominente entre las primicias que se ofrecían (Ex. 22.29), y estaba, también, sujeto al diezmo (Dt. 12.17). Las ofrendas de harina frecuentemente se mezclaban con aceite (Lv. 8.26; Nm. 7.19), y la lámpara del santuario (Ex. 25.6) se llenaba con aceite recién prensado (Lv. 24.2). Se empleaba aceite ceremonialmente en la consagración de los sacerdotes (Ex. 29.2), en la purificación de los leprosos (Lv. 14.10–18), durante los sacrificios diarios (Ex. 29.40), y al completarse el voto del nazareo (Nm. 6.15). Pero en ciertas ceremonias no se empleaba el aceite, p. ej.p. ej. por ejemplo en la ofrenda por los celos (Nm. 5.15) y en la ofrenda por el pecado (Lv. 5.11).

Se usaba mucho el aceite de oliva en la preparación de alimentos, y reemplazaba la mantequilla en la cocina (1 R. 17.12–16). Un uso igualmente popular en la esfera doméstica era como combustible para las pequeñas lámparas que abundaron desde épocas primitivas en Palestina. Tanto las portátiles como las de otros tipos tenían generalmente una muesca en el borde en la que se ponía una mecha de lino o cáñamo (Is. 42.3). Al llenar la lámpara con aceite de oliva, la mecha producía una llama estable hasta que se terminaba el combustible. Era costumbre en la época del NTNT Nuevo Testamento, que quien llevaba estas lámparas se prendiera en un dedo un pequeño recipiente de aceite de oliva por medio de un cordel. Si era necesario volver a cargar la lámpara en cualquier momento se disponía así de una reserva de aceite (cf.cf. confer (lat.), compárese Mt. 25.1–13).

Aparte de su uso en la consagración de los sacerdotes (Ex. 29.2), el aceite era un importante elemento ritual en el reconocimiento ceremonial del rango monárquico (1 S. 10.1; R. 1.39).

Como medicamento se empleaba el aceite de oliva tanto en forma interna como externa. Sus cualidades emolientes y protectoras hacían que fuera un remedio valioso para los desórdenes gástricos; también se conocían en la antigüedad sus propiedades como laxante suave. Era común su uso en forma externa como ungüento para contusiones y heridas (Is. 1.6; Mr. 6.13; Lc. 10.34).

En la época del ATAT Antiguo Testamento se producía aceite de oliva empleando majaderos o morteros (Ex. 27.20), o moliendo las aceitunas en una prensa de piedra. En las excavaciones llevadas a cabo en Taanac, Meguido y Jerusalén se han encontrado prensas cavadas en la roca viva. Un gran rodillo de piedra accionado por dos personas trituraba las aceitunas hasta convertirlas en pulpa, la que luego se pisaba (Dt. 33.24) o se sometía a prensamiento adicional. Una vez quitadas las impurezas, el aceite estaba listo para usar. El huerto de Getsemaní (gat_sûemen, ‘prensa de aceite’) recibió este nombre por las prensas de piedra colocadas allí para sacar aceite de las aceitunas que se cosechaban en el mte.mte. monte de los Olivos.

Comúnmente se empleaba aceite para ungir el cuerpo después de un baño (Rt. 3.3; 2 S. 12.20), o como parte de alguna ocasión festiva (cf.cf. confer (lat.), compárese Sal. 23.5). En el Egipto antiguo un sirviente generalmente ungía la cabeza de cada huésped a medida que tomaban su lugar en la fiesta. El ungimiento de los enfermos (Stg. 5.14) en la época del NTNT Nuevo Testamento se había convertido en un rito casi sacramental. Josefo registra como peculiaridad de los esenios el que no se ungían con aceite, por considerar que el hacerlo los volvía "impuros" (GJGJ Josefo, Guerras de los judíos 2.123).

La presencia del aceite simbolizaba alegría (Is. 61.3), mientras que su ausencia indicaba pena o humillación (Jl. 1.10). En forma similar, se empleaba el aceite como imagen de bienestar, alimento espiritual o prosperidad (Dt. 33.24; Job 29.6; Sal. 45.7).

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